jueves, 30 de octubre de 2008

De película

Si mi vida fuera una película de Tarantino, probablemente dentro de poco estallaría, asesinaría a mi jefe de una manera sangrienta, y huiría a Méjico, donde acabaría muriendo de cirrosis. Pero como mi vida es una vida real, aguanto a mi jefe todas las mañanas, trago con lo que me dice (porque a el no se le puede replicar), y cuando deje el curro, lo haré sin haberle explicado lo cretino que es.


Al margen de todo, ¡hoy vuelvo a tener cita en la barbería!

4 comentarios:

  1. Yo fantaseo con disecar a la gente que no soporto. Desde luego, más laborioso que un hachazo.

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  2. Pero oye... ¿qué harías con la gente disecada? XD

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  3. La triste vida de nosotros los asalariados! u.u

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    Respuestas
    1. ¿Verdad Helena? Para poder vivir hay que consentir las tonterías de algunos...

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Cada vez que te marchas sin dejar un comentario Dios mata un gatito. Piensa en ello.